La libertad es tan difícil de conseguir como fácil de perder.

Dios nos dio la voluntad; la voluntad, la libertad, y ésta, el mercado.El mercado nos hizo libres, y el Estado nos llevó a la esclavitud.

Trabajador, si los políticos nada más ayudan a los empresarios, ¡HAZTE EMPRESARIO!

miércoles, julio 06, 2011

No somos indignados ni asesinos, sólo nos gustaría haber sido toreros

Fuera caretas, aquí no hay actos terroristas ni manifestaciones sin nada de ropa.

Los que eran unos salvajes desalmados asesinos, no eran más que buenos padres de familia, jóvenes interesados y mujeres comprometidas, artistas escondidos e intelectuales de otra época. Los salvadores del ruido y el escándalo, los verdes que nunca han pisado ni olido el campo han ganado no sólo por el resultado sino por la posición alcanzada. Y ellos, los que trabajan con un dedo y cobran por diez, se han quitado la careta, o mejor dicho, ya van sin ella.

Silenciosos, como todas las cosas que lentamente avanzan, se ha conseguido lo que la naturaleza no consiguió. ¿Y hablan de defender lo natural y la vida? ¿Cultura?

¿Qué es la cultura?
Cultura sólo es lo que me guste a mí. Si no lo entiendo, y es desagradable, es tortura animal, debe desaparecer.

¿Sabrán acaso lo que significa la tortura?

Intentan igualar al animal al hombre para dotarles de derechos que los protejan. Lo único que consiguen es quitarle al ser humano, lo poco de humano que nos quedaba. Pasamos a ser seres sin nada que pensar, que sentir, que luchar, todo nos lo dan ya hecho.

En una época en la que los frentes confluyen porque no hay anchura para todos, lo tradicional si no sirve porque es del enemigo, se elimina. Da igual que sea injusto, que sea arte o sea privado. Como en los régimenes totalitarios que tanto gustan de criticar, quemar libros y cerrar salas de música, lo que huele a la libertad que no es mía...PROHIBIDO.

No vivimos en libertad, no vivimos en democracia, no vivimos sin más.

Otros dirán y justificarán, pero hoy empiezan por allá, y luego vendrán por acá. Me niego a estar callado, viendo como por no otra razón que ser español, se asesina una tradición libre, pura, santa, natural y humana.
¿Es acaso justo porque sea una Ley? ¿No deben estar por encima los principios de libertad, igualdad y justicia?

No, parece que no. Da igual, no nos van a hacer nada pues los aficionados no son terroristas, ni asesinos, ni vándalos, ni indignados...sólo son padres e hijos, trabajadores del campo, empresarios, obreros, abuelos con puro y sin ellos, jóvenes y toreros.

Cataluña ratifica la prohibición de los toros en 2012.

sábado, julio 02, 2011

Nota moral para entender a un liberal y critica para el que no entienda

Liberal.

Capitalista.

A favor de la Globalización y pro-mercado.

¡Oh, no! ¡Capitalista, egoísta, desalmado, insolidario, especulador, exterminadores, ricachones, explotadores, escoria avara y usurera!
¡¿Fascistas?!

No he encontrado más descalificativos en estos 30 segundo en que he dejado que mi mente se haga "anti" para comenzar este artículo, pero creo que son suficientes para que completéis con algunas más lindezas verbales que son recitadas desde la memoria del subconsciente.

En cualquier lugar que surja una posición abiertamente liberal o capitalista, parte de los integrantes de esa conversación cambiaran su gesto y endurecerán sus palabras:
"-El mercado es malo, sólo está compuesto por especuladores avariciosos sin escrúpulos y por banqueros chupasangres."

Intentar entrar en razón y en el juego de argumentos sólidos y congruentes con la realidad a estas personas es en muchas ocasiones perder el tiempo. Es posible que le expliques y hasta que entiendan que el mercado somos todos y que lo que consideraba que era no es más que el resultado corporativista del Estado social que apoyan. Al final, incluso dándote la razón, dirán "el capitalismo y la desregulación ha provocado la crisis y los males del mundo..." y habrás perdido una o dos horas exponiendo argumentos para sostener justamente lo contrario.

Cuando aludes a que en el libremercado de verdad, los agentes actuarán bajo los principios y valores morales y que no evolucionaría en una vorágine autodestructiva de sed ávara por el dinero a costa de quién sea, te responden que no es posible, que los empresarios siempre explotarán al obrero y que las personas de clase baja no podrían vivir dignamente porque no tendrían con qué pagarse la educación o la sanidad privadas.
A lagente que opina de esta manera, y que justifica la existencia de un Estado que salvaguarde estos derechos "mínimos", la inmensa mayoría por cierto, les dedico la siguiente reflexión sobre su postura, a mi modo de ver incoherente:

Los que critican la confianza en la moral y en los principios para que el mercado libre se reajuste sobre la base de la responsabilidad contractual y extracontractual sin tener que establecer sanciones de reguladores diferentes al propio mercado, confían en esos mismos valores para que los legisladores, reguladores y controladores (políticos) ejerzan bien el trabajo y la representación que se les ha asignado.

Deben huir de influencias personales, económicas o políticas, personas que nada tienen que perder en su actuación, más allá del beneficio y el privilegio que a costa de otros se les ha otorgado; pero, por otro lado, los realmente implicados en la economía real (del día a día) se les niega la capacidad de actuar honesta y responsablemente.


No quieren que las personas actuemos libremente con todas las consecuencias por miedo a las propias personas, pero apoyan que existan un grupo que puedan imponer sus intereses sobre los de cada uno de los ciudadanos a través de leyes de obligado cumplimiento.

***
He vuelto a leerme "El Corazón Invisible: un romance liberal", y ha hecho volver a plantearme lo difícil que es entender a un liberal desde el desconocimiento, y a toda una filosofía de vida, porque estamos educados en el más deshumano de los sistemas. Vuelvo a recomendar su lectura para aquellos que quieren ver resquebrajados sus artificiales cimientos sociales, filosóficos o vitales; o únicamente quieran adquirir conocimientos y la capacidad de entender a esos seres que opinan en contra del Estado social y nadan a contracorriente de la sociedad.