Ayer fueron las concentraciones a las 8 en la puerta de los ayuntamientos, yo fui al mío.
Iba con la sensación de no encontrar una masa indignada y me llevé una sorpresa. La ciudad de Jerez había despertado de su letargo y estaba representada por más de 1000 ciudadanos reunidos y en silencio escuchando el manifiesto de protesta por la puesta en libertad del asesino De Juana. El PP en la calle con sus miembros enfrente del ayuntamiento respondiendo al llamamiento de la Fundación DENAES, la AVT y Foro de Ermua.
Según La Voz de Jerez, más de mil personas, 3000 según los organizadores nos habríamos concentrado para protestar contra el Des-Gobierno y su rendición ante los terroristas.
¡Mil personas!
Salí de allí contento. Calculé que habíamos estado unas 500, y podía darme con un canto en los dientes por esa cifra de asistentes. Para mi era ya un éxito rotundo cuando al final de la lectura se acabo con un ¡Viva España! y se respondió al unísono ¡Viva!.
Jerez tiene 200.000 habitantes, pero siendo la 5ª ciudad de Andalucía no se comporta como tal. La gente esta alejada de los problemas trascendentales más allá de su día a día, a menos que sea algo muy claro, como la manifestación del 11-M.
Pero ayer, vi como la gente empieza a movilizarse.
Sigo con interés el 11 de cada mes para ver como responde el pueblo al recuerdo por las víctimas de los atentados en Madrid. Veo como en mi ciudad no hay ese deseo de saber la verdad. En Jerez solo hay Peones Negros anónimos, de casa para adentro. Jerez triplica en número de habitantes a ciudades que se echan a la calle para pedir la verdad.
Pero lo de ayer da esperanzas para el cambio de mentalidad. Decir lo que piensas sin miedo al qué dirán es básico para vivir en una sociedad democrática, si es así como queremos vivir.
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