La libertad es tan difícil de conseguir como fácil de perder.

Dios nos dio la voluntad; la voluntad, la libertad, y ésta, el mercado.El mercado nos hizo libres, y el Estado nos llevó a la esclavitud.

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miércoles, julio 23, 2008

Diferencia conservadores y progresistas

Texto sacado de un articulo de Esteban Hernández en El Confidencial

Antonio Arcones, editor de Ciudadela y director de la Fundación Burke

Qué diferencia a conservadores y progresistas

La gran diferencia entre conservadores y progresistas reside en que los primeros “reconocen el mundo tal y como es, con sus imperfecciones y con los límites que conlleva lo humano.

Los conservadores creen que la vida consiste en desenvolverse correctamente en un mundo que no es perfecto y que no te da lo que quieres, y por eso mismo pretenden hacerse mejores y mejorar lo que tienen a su alrededor.

Quien es de izquierdas piensa que el mundo está mal hecho y por eso aspira a producir un nuevo mundo en el que los defectos desaparecerán. El progresista cree que si se dieran determinadas circunstancias se solucionarían todos los problemas. Por eso, y ya que no es capaz de ver la realidad, la izquierda genera utopías de continuo”.

Pero hay un asunto, de gran presencia en nuestros tiempos, que aleja aún más a los progresistas de los conservadores, y es que aquéllos “entienden la libertad como la separación de toda clase de vínculos; los conservadores creemos, por el contrario, que uno es libre en la medida en que reconoce límites, lazos y obligaciones, ya que darse cuenta de que existen es lo que permitirá una libertad real”.

En realidad, para Arcones, se enfrentan diferentes visiones antropológicas que producen consecuencias sociales muy distintas. “Ese individuo que desde hace dos o tres siglos está intentando liberarse de todo, se está convirtiendo en realidad en alguien mucho más débil y aislado”. Y en esa dirección caminan nuestras sociedades, ya que creen “que toda vinculación es un límite del que hay que zafarse, lo que se ve especialmente bien en los asuntos morales. La izquierda no es insensible con el aborto, es sólo que cree que no puede dejar que las cosas les limiten; ellos piensan que tienen que avanzar en función del progreso, que no es otra cosa que la liberación de todo aquello que les ata. Pero salirse de la realidad para buscar la utopía no te hace más feliz; simplemente impide que reconozcas la realidad”.

Y es que, según Arcones, “las sociedades que promueven los progresistas resultan insostenibles. Ahora estamos comenzando a notar algunos de sus síntomas. De hecho, lo que señalan los discursos de Cameron o Sarkozy es que estamos ante un punto de inflexión. Porque hasta ahora, como hemos vivido en un periodo de creación constante de riqueza, no hemos tenido conflictos sociales, pero en cuanto aparezcan los problemas económicos esto va a tomar otro cariz. Y ójala no lo veamos, pero si esto se agrava, con poco empleo y alto paro de inmigrantes, la conflictividad va a arraigar”.

La mejor solución para arreglar los problemas contemporáneos, según Arcones, sería aplicar muchas de las recetas que los conservadores sugieren, ya que éstas, “siendo un bien para el conjunto de la sociedad, benefician más al ciudadano medio:

Una persona que gane entre 30.000 y 36.000 euros anuales, que no es un sueldo bajo, en cuanto tenga un par de hijos, es ya un paria de la sociedad. Un profesor, un taxista, un profesional que gane ese dinero vive hoy bastante mal a causa de los impactos fiscales que está sufriendo. Y eso le ocurre a toda la clase media. Quien tiene mucho dinero carece de esos problemas; y también quienes tienen ingresos bajos, ya que el Estado subvenciona el desarraigo social. Pero quienes están en medio lo pasan bastante mal. Si no se está en ninguno de los dos extremos, el sistema no tiene ninguna gracia”.

Pero, asegura Arcones, “aun cuando todavía nos pueda llevar algún tiempo que el mensaje sea entendido por los políticos, hay algunos dirigentes, como Cameron, que comienzan a comprender que la promesa permanente de que el Estado nos arreglará todo nos lleva a la quiebra, económica y humana”.

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