USA VOTA: mi humilde análisis

A veinte minutos de la salida del primer sondeo sobre las elecciones en Estados Unidos de América, me gustaría hacer una breve comentario sobre toda la campaña y sobre mi impresión sobre los candidatos.

No sé quién va a ganar, yo no elijo a ese Presidente, y por lo tanto, decantarme por uno o por otro no tiene sentido. Lo que si puedo decir es quién me da mejor impresión a partir de la experiencia española.

A Obama se le ha elogiado por sus discursos y por su oratoria. Una oratoria, para los que entienden, falta de contenido. Se le puede adjetivar como el ZP americano, el Señor del Talante. El candidato demócrata es el Candidato del Mundo. Todo el mundo quiere que gane Obama: políticos, peperos, psoistas, progres, culturetas, jóvenes, adultos...Españoles, europeos, negros, blancos, hispanos...todo el mundo tiene buenas palabras para Obama.

Salvo la secta extrema-consevadora falangista cedista de España, es decir, nadie. Muy poca gente se atreve a romper la aureola obamista que rodea la sociedad. MCain es visto como el sucesor de Bush y seguidor de las medidas poco-demagógicas y politicamente incorrectas.

Me gustaría saber cuanta gente que da su apoyo a Obama se han estudiado los programas políticos de ambos partidos. Se dejan llevar por la apariencia: los millones de la campaña de Obama dan muestra del producto que ha significado la aparición del candidato afroamericano.

La diferencia presupuestaria, junto a la novedad física, ha sido la clave para este entusiasmo demócrata.

MCain, el candidato republicano de 70 años, veterano de guerra, fue casi marginado dentro de las primarias de su partido, y fue poco a poco cómo fue haciendose un hueco en las quinielas electorales. Demuestra los valores tradicionales de la sociedad americana, más al incluir a la candidata a la Vicepresidencia Sarah Palin. Sus reformas económicas no han sido entendidas ni publicadas en muchos medios.

Nosotros, los españoles, tenemos que ver por nuestros interéses y por las relaciones que podamos tener a partir de estas elecciones. De cómo nuestro ingrato presidente se sirve, desde su aprendida abstención en sus presentimientos, para volver a ir a la Casa Blanca; mejor dicho, para ir por primera vez la Casa Blanca.

Si yo fuera estadounidense y mi voto lo tuviera que dar alguien que me da confianza, miraría más allá de palabras bonitas y buscaría una política basada en contenidos efectivos y no efectistas.

El sentimiento americano en la política que puede pasar a la historia dependiendo de este día se resume en esta frase valiosísima para los corazones liberales:
"Paz en el exterior del país, orden en el interior y una moneda estable y fuerte, y no un Gobierno que ponga el plato en la mesa de los ciudadanos".