La ignorancia es vanidosa.
El ignorante quiere ser ignorante, vive de serlo, por lo que dejar de lado su ignorancia es perder el sentido de su vida.
El ignorante llega a querer perder su libertad, la repudia.
Sí, aunque parezca increible, no quiere pensar; quiere continuar con su borreguismo intelectual, se enorgullece de pertenecer a la mediocridad.
La mediocridad, el poder de la masa, atrae a los humanos sociales: el bien de la mayoría es lo mejor, incluso para la minoría; el bien mío siempre por encima del de todos; el bien mío es el bien de todos. YO y mis ideas son las correctas, son las que se deben seguir.
YO, y los míos, somos los buenos. Aquel que ose librepensar es MALO, es egoísta, insolidario y tonto.
¡Ay, cuantos CDs hay por el mundo malnacidos!
1 comentario:
Esa es la historia actual de España.
Saludos
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