Ante la falta de un protagonista nacional en la esfera política, los españoles tenemos que identificarnos con los deportistas que lidian internacionalmente: ya sea Nadal, Alonso o Gasol y compañía.
Al final no pudo ser, con todo en contra: equipo, coche, posición y prensa, Alonso partía a realizar una hazaña deportiva. Esa misma que todos creíamos que podría conseguir después del adelantamiento y posterior salida de pista de Hamilton.
El resultado no me desagrada, Raikonen y Ferrari ganan ambos títulos después de dos años de victorias alonseñas. Lo importante es que Alonso queda en una posición de prestigio, con la decisión de qué hacer el próximo año y la certeza de que seguirá optando al título por medios honrosos y deportivos.
Felicidades a Kimi y a Ferrari, pero también a Alonso por su entereza, y a tantos españoles que con él estamos cada domingo en la pista.
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