Ayer ejercí, por primera vez, mi derecho al voto en el Referéndum para la reforma del Estatuto de Andalucía. Después de tres semanas de mí recién mayoría de edad, debía hacer ejercicio ciudadano para aceptar o rechazar esta reforma.
Aunque joven, veo como el resto de conciudadanos han pasado olímpicamente de este Estatuto, los políticos se empeñan en crear castillos de papel y se alejan de la realidad de la sociedad.
Los resultados han sido muy claros, solo el 36'2% de la población votó, abstención del 63'8%, y de estos el 9'42% dijeron "no".
¿Qué quiere decir esto? Pues que esta reforma no es pedida por el
pueblo. ¿Los políticos que después de 25 años no han conseguido lo que ahora quieren conseguir que crédito tienen? Ninguno, recordemos al resto de españoles que Manuel Chávez lleva más de 20 años de presidente de Andalucía, y no ha conseguido levantar a mi región como se merece.
Ahora nos quieren vender el nuevo Estatuto como el de la Calidad para la Educación, derecho al empleo... entonces ¿qué se pretendía antes?
Tantos años con la autonomía y ahora se dan cuenta que no han hecho nada de lo prometido, no han hecho nada por los ciudadanos. Lo único que ha servido este sistema autonómico es separar más a las regiones españolas, acrecentar las diferencias, las insolidaridad, la parcialidad...
En conclusión, una patochada de reforma, alejada de los deseos de los ciudadanos, alentada por la casta política que envenena la vida pública de cada región de nuestra gran Nación llamada España.
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