Katyn (película) y Paracuellos del Jarama

Memoria Histórica Polaca

Acabo de terminar de ver la película Katyn, dirigida por Andrzej Wajda, hijo de un asesinado en ese bosque ruso.

(FILMAFFINITY) SINOPSIS: Film histórico en el que se recuerda la masacre de 22.000 oficiales polacos -uno de ellos el propio padre del director Wajda- a manos del Ejército Rojo soviético en 1940, mientras la URSS invadía Polonia por el este, al tiempo que los alemanes lo hacían por el oeste. En Katyn -nombre del bosque cercano a Kiev (Ucrania) donde por orden de Stalin fueron asesinados los militares polacos- se narran los últimos días de estos oficiales y de sus familias, la angustia ante el destino incierto y la tragedia de un crimen que Rusia sólo reconoció, en 1990, tras la caída del comunismo.


Lo primero para comenzar bien la descripción es corregir el lugar donde se cometieron los asesinatos relatados. Katyn está cerca de la ciudad de Smolensk (Rusia, Oblast de Smolensk, Smolenskiy rayon, Katyn para ver en GoogleMaps) lindando con la frontera de Rusia con Bielorrusia. Por lo tanto, a más de 500 km de la frontera actual de Polonia y lejos de la ciudad de Kiev como en esa sipnosis nos indica.

Puntualizado esto, y no teniendo conocimientos técnicos de cinematografía, lo que puedo comentar de la pelicula es la realidad que refleja y la similitud con la historia de España.

La película tiene como protagonistas por una lado a las víctimas directas (militares, profesores...) y por otro las indirectas (mujeres, hijas, madres) supervivientes en la esquilmada y sometida sociedad polaca: la víctima histórica.

El largometraje trascurre con escenas de los personajes hacia delante y hacia atrás en el tiempo, lo que puede llegar a confundir al espectador. Estos personajes confluyen en su lucha con el recuerdo y contra la masacre teniendo como punto de unión que sus asesinados sufrieron juntos la prisión y la matanza. Hay otro personaje transversal implicado y conectado con el resto al que el recuerdo le pesa tanto que no puede con él, representa a los siempre desdichados que se encuentran entre la pistola y la fosa.

Respecto a la Historia, una inhumanidad más del Ejército Rojo, una muestra más de lo que el socialismo es capaz de provocar. Digo inhumanidad para relacionarlo con los modernos Derechos Humanos. Para mí es una inmoralidad más de una ideología amoral, es decir, sin valores morales, y ejemplo de la tergiversación de la Historia y troceado del recuerdo de toda una sociedad en manos de los "socialistas".

Los sovieticos tenían que acabar con el sector militar independiente polaco, con el estrato intelectual y tener a la población en alertar para someterla. Consiguieron tener un Estado satélite porque le consiguieron extraer el grupo que lo mantenía vivo. Algo que ya intentaron en España.

En España existió el Katyn español: Paracuellos del Jarama, el Paracuellos polaco.

Aquí, a la salida de Madrid, sacerdotes, profesores, estudiantes, profesionales de todo tipo fueron encarcelados, torturados y asesinados sin juicio previo en manos de los "defensores de la libertad y la democracia repúblicana". Aquí, se estuvieron ejecutando, bajo las órdenes de Stalin, durante meses en silencio, a ese estrato social diferente que pondría, en un futuro no lejano, todas las trabas del mundo a la "República Socialista Soviética de España".

Abiertamente se realizaron los "paseos" cuando el ejército se sublevó y comenzo la Guerra Civil española. En España las caracteristicas fueron diferentes a las de Polonia.
En Polonia, los asesinatos se produjeron para someter totalmente a un país invadido militarmente por comunistas y nacionalsocialistas. En España, se vivía entre enfrentamientos sociales y políticos, y las "checas" eran prisiones de partidos y sindicatos de izquierdas para esquilmar al rival político e instaurar sus revoluciones, pero los militares hasta el día de la sublevación no estaban enfrentados.

Si no hay grupos sociales diferentes, no hay libertad; porque donde hay libertad, aunque sea en lo más minimo, hay diferencias.
Pero aquellos a los que no les gusta la libertad, aunque se disfracen de protectores de esta, estrangularán la disidencia por mínima que sea e incluso exigirán pleitesía a sus ideas.