El jueves día 16 de noviembre, hace una semana, hubo una excursión de todas las clases de Bachillerato a Sevilla. Este año, como estoy en la rama de humanidades, visitamos el Museo de Bellas Artes.
A las once de la mañana nos bajamos del autobús en el puente de Isabel II, lloviendo como no podía ser de otra manera viajando a la capital del Sol. Anduvimos por la calles de Sevilla hasta el Museo, y entramos los veinti pocos que ibamos.
El Museo de Sevilla es el segundo más importante de España; en lo que se refiere a obras barrocas los murillos y zurbaranes centran tanto en número como en calidad el interes en este museo.
El comienzo de la visita correcto, pero cuando empezamos a adentrarnos en las salas, pronto los pocos que atendimos a la profesora nos quedamos atrasados en las profundidades de las iluminadas salas.
Tengo que destacar la imagen escultórica de San Jerónimo de Torricelli, por el realismo dado a la figura, El Juicio Final, el retrato de Gustavo Adolfo Becquer y La Muerte del Maestro, representación de una enfermeria de una plaza de toros.
A la salida del museo, habia amainado mucho la lluvia, y se habia transformado en ese chirimiri que ni lo notas ni te molesta hasta que te das cuenta que estas "calao".
Por el centro nos dirigimos a coger un autobús para ir al Centro Comercial Nervión-Plaza, donde se encontraban el resto de componentes del grupo de amigos.
Una vez relatado el día, va la reflexión sobre lo que se tradujó la actitud de mis compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario