
Cualquier impedimento por prohibirlo, limitarlo o normalizarlo atenta contra la libertad de movimiento, acción, libertad de compra-venta de ciudadanos libres y en su derecho de consumir productos legales.
Las posibles causas de determinados individuos que provocan problemas cívicos y de convivencia son ajenas a la pacifica concentración de jóvenes; no se lo puede achacar todo al botellón como acto sino a esos jóvenes que se sirven de beber para hacer destrozos y cometer infracciones.
La cruzada de los actuales gobiernos socialistas contra los jóvenes, reduciendo el horario de venta de alcohol, las leyes de regulación de beber en la calle... son medidas completamente fuera de control. En vez de coger al toro por los cuernos en cuanto a violencia callejera, luchando contra los jóvenes delincuentes y vándalos, aprueba prohibiciones contra todos los jóvenes, afectando no solo la libertad de movimiento sino también a tantos establecimientos que proporcionaban las bebidas a los asistentes al botellón.
No queriendo extenderme más de lo debido, prometo que continuare esta defensa de lo que para nosotros, los jóvenes, representa nuestra libertad y la pacifica forma de protestar.
1 comentario:
Yennego,me encanta esa foto en la que salen reflejaos los borrachos mas borrachos del colegio jaja!!! Suerte con tu blog... y vete a echal!!!
Publicar un comentario